La alegrÃa de vivir produce sensaciones de agrado, esperanza y estima.
La fuente mas cercana es el amor, por cuanto implica también una relación con los demás, tiende a compartirse, a ser expresado y ser vivida con los otros.
Se expresa con sensaciones de bienestar, una paz que se refleja en nuestro cuerpo: sonreÃmos, andamos cantando...etc. tal es asÃ, que este estado suele contagiar a quienes nos rodean.
Con la alegrÃa vamos a trasmitir placer y vamos a disfrutar de nuestras labores cotidianas.
La alegrÃa, viene de lo que ocurre en nuestro interior, Hay que cultivarla, agradecerla o gozarla de manera radiante y adecuada.
La alegrÃa de vivir es la sensación interior que nos hace ser capaces de remontar los momentos difÃciles, aunque nos sintamos muy tristes, con la alegrÃa podemos ver el lado radiante y buscar lo bueno aunque tengamos algunos obstáculos en nuestro camino.
La alegrÃa nos hace mantener una actitud de vida positiva, de optimismo y de confianza de que todo se nos va a arreglar o se nos va a mejorar.
El ser humano según se va haciendo mayor, va evolucionando hacia una alegrÃa menos sensitiva y corporal y más interior e espiritual en la medida en que accede a la completa madurez mental y psÃquica. La paz interior, la armonÃa con nosotros mismos y la aceptación de la realidad que nos ha tocado vivir preparan el camino hacia esa alegrÃa que pone en paz al hombre consigo mismo y con los demás.
Para vivir el valor de la alegrÃa, debemos ver lo bueno que hacemos con voluntad, esfuerzo, energÃa y cariño. Desde el trabajo que realizas, aunque sea el mismo de todos los dÃas, ya que puede beneficiar a otras personas, a tu familia, conocidos, pero también te beneficiara a ti.
Bernabé Tierno nos da unos consejos para convertir la alegrÃa en hábito:
Elevar el nivel de autoestima de la persona.
Llevar una vida ordenada y sencilla, disfrutando de las cosas pequeñas y cotidianas que están al alcance de cualquiera.
Pensar siempre en positivo, no permitiendo la entrada en nuestra mente de derrotismo y actitudes deprimentes o desesperanzadoras.
Conseguir que nuestra ocupación o trabajo sea fuente de alegrÃa.
Fomentar cada dÃa, a cada instante, los sentimientos de aceptación, de conformidad y hasta de complacencia y alegrÃa de la realidad cotidiana, sea cual fuere.
conformarse con sentir la alegrÃa dentro de ti, hacer que aflore al exterior y contagiar a quienes te rodean con palabras, actitudes y gestos que le arrastren a compartir tu propia alegrÃa.
No pierdas ni un instante en lamentaciones y quejas inútiles sobre algo que es irremediable como un dÃa lluvioso, una enfermedad incurable, etc.
Convierte la alegrÃa en compañera de tu vida, ya que es, fundamental para mejorar la salud fÃsica, mental y psÃquica.
La verdadera alegrÃa, la que nace del corazón, de profundas motivaciones, se manifiesta más por un estado de constante placidez, fácil sonrisa y buen humor que por la carcajada fácil, miedosa, superficial y momentánea.
La verdadera alegrÃa nace siempre de la bondad de nuestras acciones y de nuestras intenciones. Hacer el bien cada dÃa a aquellos con quienes convivimos o con quien nos encontramos genera constantemente en nosotros gran satisfacción interior que siempre se traduce en verdadera alegrÃa de vivir.
“Feliz el mayor que ve acrecentarse en el sentido del humor, de la ternura, la sensibilidad ante la naturaleza y la belleza y mantiene en alza la curiosidad, el afán de aprender, de experimentar y de vivir”.
Fecha: 01 Feb 2016
Fuente: haciaunavejezdigna.blogspot.com.es